Decantar y oxigenar el vino, ¿cuál es la diferencia?

Decantar y oxigenar son términos muy parecidos que tienden a confundirse, posiblemente el equívoco se deba a que el decantador es un excelente objeto para oxigenar un vino, aunque esta no sea precisamente su finalidad.

Empezaremos por la definición de cada término, decantar es separar un líquido de los sedimentos que pueda contener, vertiendo el líquido delicadamente en otro envase, mientras que oxigenar es aportar oxígeno a cualquier sustancia, en nuestro caso al vino.

El elemento que tienen en común estos dos términos es el objeto utilizado, el decantador.

El vino es un elemento vivo que evoluciona y sufre diversos procesos que influyen en su constitución. Una botella puede contener un vino que ha pasado mucho tiempo en barrica o en esa misma botella, hasta llegar a su comercialización.

Durante este tiempo de vida, que puede durar algunos años, se pueden generar posos, sedimentos, diferentes olores y aromas de reducción que, no siendo perjudiciales para el vino, conviene eliminar antes de su degustación.

La decantación es la acción de verter el vino en un decantador y tiene dos objetivos: por una parte, eliminar los posibles sedimentos, sobre todo en vinos con un largo proceso de maduración y guarda; y por otra, sirve para airear los vinos, para que se suavicen, se abran, y expresen todo su sabor. Es decir, el decantador se usa también como oxigenador, aunque este proceso de oxigenación también se produce cuando el vino se sirve en la copa, con el encanto añadido de saborearlo sorbo a sorbo, de ir viendo cómo se desarrollan las distintas capas y cómo se va abriendo, dejando entrever sus aromas.

Hay que tener en cuenta que decantar un vino no es tan sencillo, hay que tener cierta técnica a la hora del trasiego. Se debe realizar con extremo cuidado, poco a poco, dejando fluir el vino por las paredes del decantador inclinado, ya que, un vino muy añejo, con años de guarda, no soportaría una oxigenación tan repentina.

Puedes degustar los vinos Tinto Federico Roble, Tinto Federico Crianza, Tinto Federico Reserva o Tinto Federico Gran Reserva, como prefieras, ¡de todas formas descubrirás sus peculiares y únicos aromas y sabores!