Estamos en tiempo de poda, una de las labores más importantes en el viñedo, cuyo objetivo es el control de la formación de la planta y la producción, ya que de la poda dependerá la calidad y la cantidad de la futura cosecha.
La vid es una planta trepadora cuyas ramas pueden crecer varias decenas de metros. Si la dejamos crecer sin control, brotarán las yemas situadas en los extremos, la planta tendrá muchas hojas y numerosos racimos, pero con uvas pequeñas y de baja calidad.
La poda principal es la poda de invierno. En esta época la vid se encuentra en reposo y la savia se concentra en el tronco de la cepa, además este tiempo frío favorece la cicatrización, elimina hongos y evita que estos se propaguen.
Con la poda se elimina parte de la masa vegetativa, con el objetivo de mejorar el rendimiento y la calidad, siempre respetando su singularidad biológica; se reduce el tamaño de los sarmientos y su longitud para adaptar la planta al espacio en el que se cultiva y aunque produzca menos uvas, que estas sean de mayor grosor y calidad. Podando también se reduce el envejecimiento de la cepa con la renovación de sus tallos, favoreciendo la exposición y distribución de hojas y racimos, que optimiza la calidad de la uva y mejora el flujo de la savia.
Para llevar a cabo la poda de forma correcta hay que saber diferenciar las ramas fuertes de las débiles o estropeadas; se deben cortar las ramas y hojas que no sean necesarias, que estén secas o tengan partes enfermas y que sobrecargan la planta.
Es importante tener la herramienta desinfectada para evitar el contagio de enfermedades y guardarla limpia para conservarla en buen estado.
En nuestras Redes Sociales (Facebook, Twitter e Instagram), hemos publicado varios videos donde mostrábamos la poda en viñas de diferentes edades. Un trabajo cuidado y minucioso que se completará con la poda en verde, que se realiza en primavera, para que podáis disfrutar de nuestros vinos Tinto Federico Roble, Tinto Federico Crianza, Tinto Federico Reserva y Tinto Federico Gran Reserva.
