La altura en la Ribera del Duero

Una de las características que marcan los vinos de la Denominación de Origen Ribera del Duero, es la altura en la que se encuentran sus viñedos.

Sus viñedos se elevan sobre el nivel del mar en un rango de entre 720 a 1.100 m. Las fluctuaciones de temperatura entre el día y la noche son asombrosas, y las sequías prolongadas son desafiantes. Sin embargo, gracias al conocimiento y la destreza de los viticultores, estas condiciones extremas otorgan a los frutos una calidad excepcional.

A la hora de elaborar un vino, la altura del viñedo es tan determinante como la variedad de uva escogida, el clima o las características del terruño.

El principal efecto de la altitud en la producción de vino es la influencia sobre el clima. A medida que aumenta la altitud, las temperaturas tienden a ser más frescas. Las temperaturas más frescas en las zonas de mayor altitud en Ribera del Duero son beneficiosas para el cultivo de la vid, ya que favorecen una maduración lenta y gradual de las uvas. Esta maduración más prolongada permite desarrollar una mayor complejidad aromática y un mayor equilibrio entre los azucares y el pH, lo que se traduce en vinos más frescos y equilibrados.

Otro factor importante relacionado con la altitud es la amplitud térmica, las diferencias de temperatura entre el día y la noche suelen ser más marcadas. Durante el día, el sol calienta los viñedos, mientras que por la noche las temperaturas descienden, beneficiando el proceso de maduración de las uvas. Las noches frescas conservan la acidez y los aromas, los días cálidos permiten una correcta maduración de los azúcares y polifenoles. Todo ello contribuye a la complejidad y estructura de los vinos de Ribera del Duero.

Según va aumentando la altitud, la composición del suelo puede variar significativamente y producir uvas de menor tamaño con concentraciones más elevadas de aromas y sabores. Estas condiciones más exigentes del suelo en las zonas más altas pueden dar lugar a vinos más elegantes y con una mayor capacidad de envejecimiento.

Además de los factores climáticos y del suelo, la altitud también puede influir en las variedades de uva que se cultivan en la zona. En Ribera del Duero, la variedad principal es la Tinta del País, también conocida como Tempranillo, que se adapta bien a las condiciones climáticas y de suelo de la región.

Los vinos elaborados en regiones de elevada altitud suelen exhibir un color más intenso y concentran aromas y sabores; revelan matices de frutas maduras; poseen una mayor presencia de taninos; una acidez natural más pronunciada y por encima de todo, una notable frescura y fluidez.

Los vinos de Bodegas Federico son fruto de todas las singularidades que atesora la Ribera del Duero, clima, suelo, altura… que además se conjugan de forma maravillosa con el buen hacer de una familia enamorada del vino y su tierra.