El suelo varía ligeramente dependiendo de cada parcela, con tierras de origen arcilloso calcáreo, poco fértiles, sin exceso de materia orgánica, donde la vid lucha por sobrevivir y se esfuerza por conseguir el agua. Laderas, rocas, declives, vertientes, microorganismos, arcillas, nutrientes, minerales…, juegan un papel fundamental aportando aroma y grosor a la uva, convirtiéndose en el alma de nuestros vinos.

Nuestras viñas son las protagonistas absolutas, y son mimadas durante todo el año para lograr que las cepas alcancen su máximo potencial y extraer así la mayor calidad de cada una de sus uvas. Son plantaciones de viñas conducidas en espaldera, con riego por goteo y de la principal variedad de la D.O. Ribera del Duero: Tinta del País, Tinta Fina o Tempranillo.