El viñedo de la Ribera del Duero en abril

La llegada de abril marca un momento crucial en el ciclo de vida de los viñedos de la Ribera del Duero, cuando entra la primavera se producen cambios significativos, iniciándose un nuevo ciclo en el viñedo, una época de mucho trabajo en el terreno.

Al comenzar abril, los viñedos de la Ribera del Duero emergen de su letargo invernal, es cuando se produce el “lloro de la vid”. Las primeras semanas del mes suelen ser frescas y a menudo lluviosas, condiciones ideales para despertar a las vides de su reposo invernal. Las temperaturas comienzan a subir gradualmente, y el suelo se empapa con la humedad necesaria para nutrir el crecimiento temprano de las plantas.

A medida que avanza el mes, se puede observar un cambio gradual en el paisaje, los brotes comienzan a aparecer en las vides, una señal clara de que la naturaleza se está despertando. Las primeras hojas tiernas se abren paso, dando un toque de verdor a los campos que antes parecían yermos.

Con el aumento de las temperaturas y las horas de luz solar, las vides aceleran su crecimiento. A mediados de abril, los viñedos de la Ribera del Duero son un espectáculo de actividad. Las vides crecen rápidamente y se llenan de energía, absorbiendo nutrientes del suelo y transformándolos en brotes vigorosos. Este proceso, conocido como la foliación, es esencial para el desarrollo posterior de las uvas.

Las yemas comienzan a emerger y desarrollarse gradualmente, hinchándose y alargándose para formar nuevos brotes. Con el tiempo, en los tallos desnudos, empezarán a aparecer las primeras hojas rudimentarias, las cuales se abrirán gradualmente hasta que surjan los primeros pámpanos.

Más tarde vienen las heladas tardías, una amenaza constante en abril, especialmente durante las noches frías. También un exceso de agua puede producir un crecimiento excesivo de la vid, que redundará en la calidad de la uva, además de que puede producir enfermedades fúngicas.

Cuando el mes llega a su fin, la Ribera del Duero se prepara para un periodo crucial: la floración. Durante la floración, las vides producen flores diminutas que eventualmente se convertirán en racimos de uvas. La temperatura y la humedad en esta época son críticas para el éxito de esta etapa.

Abril es un mes de transformación en los viñedos de la Ribera del Duero, este periodo establece el escenario para una temporada de crecimiento vitivinícola exitosa. Los cambios sutiles, pero significativos, que ocurren durante este mes, son un recordatorio poderoso de la belleza y la complejidad de la viticultura, donde la naturaleza y la habilidad humana se unen para crear algunos de los vinos más excepcionales como los tintos de Bodegas Federico en Pesquera de Duero.