El milagro de convertir el mosto en vino

La fermentación del vino es un proceso clave en su elaboración, una transformación biológica que convierte el mosto de uva en vino.

Esta transformación es un proceso químico natural, mediante el cual los azúcares que están en la uva se convierten en alcohol etílico y dióxido de carbono. El proceso de fermentación puede durar desde unos pocos días hasta varias semanas, dependiendo del tipo de uva y del estilo de vino que se quiera producir.

La fermentación se puede realizar de forma espontánea por las levaduras que hay en la uva y puede ser iniciada de forma controlada mediante la mejora de levaduras seleccionadas. Este proceso es esencial para la producción del vino, ya que es lo que le aporta su sabor, aroma, textura y capacidad de envejecimiento.

Existen dos tipos principales de fermentación del vino: la fermentación alcohólica y la fermentación maloláctica.

La fermentación alcohólica es el proceso primario de la producción de vino y ocurre cuando las levaduras comienzan a alimentarse de los azúcares presentes en el mosto. Durante este proceso, las levaduras producen etanol y CO2 como subproductos. Esta transformación se realiza en grandes depósitos de acero inoxidable.

Esta conversión puede durar desde unos pocos días hasta varias semanas, dependiendo de la cepa de levadura utilizada, la temperatura y la cantidad de azúcares presentes en el mosto. Durante la fermentación alcohólica la temperatura es un factor importante, ya que las levaduras tienen un rango de temperatura óptimo en el que pueden fermentar de manera efectiva.

La fermentación maloláctica es una segunda fermentación que tiene lugar después de la fermentación alcohólica. En esta fermentación las bacterias convierten el ácido málico en ácido láctico, lo que ayuda a reducir la acidez, suavizar y redondear el sabor del vino. La fermentación maloláctica puede durar de unos pocos días a varios meses, dependiendo de las condiciones y la calidad del vino, y es característica de los vinos tintos.

Una vez finalizada la fermentación, el vino puede ser sometido a procesos adicionales como el envejecimiento en barricas de madera, clarificación y filtración para mejorar su calidad y sabor antes de ser embotellado y comercializado.

El milagro de convertir el mosto en vino es un el proceso complejo y lleno de terminología y conceptos químicos, pero para disfrutar de un excelente Ribera del Duero como Tinto Federico Roble 2021, recientemente galardonado con un Bacchus de Plata, no hace falta más que unas copas de vino y un grupo de amigos con quien compartir.