El roble en el vino

El roble, símbolo de fuerza y dureza, es una madera noble que se utiliza para la fabricación de barricas donde se realiza la crianza de los grandes vinos, ya que la madera nueva aporta importantes matices, aroma, sabor y personalidad, debido a la oxigenación que se consigue a través de los poros del roble.

Aunque podemos pensar que es el mismo roble el que se utiliza para construir edificaciones o barcos, que el que se usa para la fabricación de las barricas de vino, se trata de diferentes especies. Se utiliza la madera de roble ya que es la que mejor mantiene las características organolépticas del vino.

Si bien depende del vino que se quiera producir o de la normativa de algunas denominaciones de origen, por lo general, para los vinos de la Ribera del Duero se utiliza madera de roble francés o americano.

Para elegir una variedad de roble se atiende a la dureza, la resistencia, el sabor y el aroma que añade a los vinos. La base de la calidad y de las características que aportan a un vino se debe al grano, la textura de la madera. Por ejemplo, el grano de la madera de roble francés es más fino, menos poroso y la cantidad de oxígeno es menor, menos fuerte en taninos y más rico en vainilla. El roble americano añade mayor variedad de aromas como el coco, café, torrefactos y tostados.

Para confeccionar una barrica se ensamblan las duelas, que se calientan para doblegarlas, esto se denomina el tostado. Este proceso también contribuye a dar personalidad, aroma y sabor al vino, ya que según el grado de tostado el vino tendrá unas características u otras.

El roble ayuda a prolongar la vida del vino por los taninos que aporta la madera y que colaboran con el envejecimiento. La madera de la barrica contribuye a que la tonalidad del vino aumente, ya que los taninos de la barrica reaccionan con los antocinos del vino, los cuales son los responsables de generar el color al vino. En cuanto a lo que aporta el roble al sabor y aromas del vino, esto dependerá del tiempo en el que esté criándose en la barrica y del tipo de madera, que además le añadirá cuerpo y estructura al vino.

Todos los vinos de Bodegas Federico tienen una crianza en barricas de roble americano de entre 8 y 24 meses, dependiendo de si es Tinto Federico Roble, Tinto Federico Crianza, Tinto Federico Reserva o Tinto Federico Gran Reserva. En la publicación Los Complejos Aromas de Vino, ya especificamos los aromas que poseen estos vinos tintos dependiendo de la crianza: aromas de fruta roja madura, especias, vainilla, tostados, torrefactos, cueros, frutos secos, toques balsámicos…