Ribera del Duero

La Denominación de Origen Ribera del Duero cumple 40 años en 2022. Durante todo este tiempo, viticultores y bodegueros se han volcado en rigurosos procesos de control para impulsar los viñedos y la calidad de uno de los vinos más prestigiosos del mundo.

La D.O. Ribera del Duero se extiende por 4 provincias: Soria, Valladolid, Segovia y Burgos, siguiendo la cuenca del río Duero, en una extensión de terreno de aproximadamente 115 km de este a oeste y unos 35 de norte a sur. Más de 300 bodegas elaboran sus vinos bajo el sello de la D.O. Ribera del Duero.

En estas tierras bañadas por el río Duero, la actividad vinícola comenzó de la mano de los fenicios, aunque la primera reseña histórica es de hace 2.500 años y se ha encontrado en el yacimiento vacceo la antigua ciudad de Pintia, en Padilla de Duero.

Una tierra en la que el clima y las características del suelo, hacen que sus vinos sean excepcionales.

El frío del invierno, que retrasa el brote de las vides, así como la diferencia de temperatura que se produce en verano entre el día y la noche, equilibra el proceso de maduración de la uva, y hace que la vendimia, una de las más tardías, proporcione unos racimos que destacan por su calidad.

La Denominación de Origen fue otorgada en 1982, nacida entre un grupo de bodegueros que crearon las bases y la regulación para garantizar unos vinos excelentes.

En los vinos de la Ribera del Duero predomina la uva Tempranillo, ya que su presencia debe ser del 75%, aunque se cultivan otras variedades como Cabernet Sauvignon, Merlot, Malbec, Garnacha tinta y Albillo mayor, pero con menor proporción.

En esta maravillosa tierra, en la que el 9 % de las viñas tienen más de 80 años, se creó, en 1986 Bodegas Federico, en el corazón de la Ribera del Duero. Una bodega familiar que cuida con mimo el fruto de su trabajo, sus vinos 100% Tempranillo, una mezcla perfecta de naturaleza, técnica y la sabiduría que aporta la tradición.